Si te sigue tentando la aventura, la
GALLINA a comprar depende
de tus expectativas.
Digo LA gallina, porque lo más juicioso es comprar primero
una, en primavera o en otoño, que es cuando están disponibles las jovencitas de
tres meses a punto de poner su primer huevo.
La segunda se puede comprar seis meses o un año
después.
Esto lo aconsejo porque las gallinas también se toman
VACACIONES y
lo hacen más o menos al mismo tiempo; es decir que si tienes dos de edad
idéntica dejarán de poner exactamente las mismas dos o tres semanas en verano y
en invierno (aunque sobre eso hablaré después) y conocerás el sufrimiento de
volver a los huevos de supermercado por muy bios
que sean.
Cuando se llevan seis meses o un año se turnaran,
más o menos, y siempre habrá algún huevo que llevarse al plato.
En cuanto al tipo de gallina, así de primeras, yo
aconsejo la ponedora industrial,
seleccionada para poner un máximo de huevos y no pensar en otras cosas como,
por ejemplo, INCUBAR. Dependiendo de la zona donde vivas esta gallina es roja, negra o
blanca y, a veces, son selecciones de razas tradicionales del país, como la
bonita marans negra con plumas rojas
en el cuello de Francia.
Tratada bien, este tipo de gallina es la que más
huevos te va a poner y durante más tiempo, además te seguirá a todas partes
como un perrito en cuanto le hagas un mínimo de caso.
Luego están las gallinas de RAZA, cuya variedad es casi infinita y que no parece que
pueda interesar si sólo quieres dos gallinas. Las gallinas de raza son más o
menos delicadas, además de PONER menos, aunque siempre puedes implicarte en la conservación de alguna
raza de tu tierra que esté en peligro de extinción.
Si es así, lo mejor es ponerse en contacto con la
asociación correspondiente –que seguro que la hay– y tener en cuenta que
tendrás que plantearte la REPRODUCCIÓN.
O sea, que dos gallinas se quedan un poco cortas,
pero siempre podrías organizarte EN COMUNIDAD con otr@s interesad@s.
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